

Los Tres Tesoros
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Qi Gong y Salud
La medicina occidental se llama alopática porque normalmente trata las patologías con sustancias que producen el efecto contrario al de la enfermedad (en griego, allo significa “distinto”). Por ejemplo para tratar la hipertensión se utiliza un medicamento que baja la presión sanguínea, para la acidez estomacal, tomamos un antiácido; las infecciones bacterianas se tratan con antibióticos, sustancias que destruyen (anti) la vida (bios) de los patógenos invasores.
El Qi Gong no está diseñado para curar una enfermedad concreta, sino para restaurar el equilibrio de los sistemas y órganos que funcionan en nuestro cuerpo. El objetivo del Qi Gong es lograr el bienestar general por lo que su práctica es útil para combatir un amplio espectro de enfermedades, como disfunciones digestivas, cardiovasculares o respiratorias.
La razón de este amplio alcance es que la medicina tradicional china concibe el cuerpo humano como un todo en el que los distintos sistemas están interrelacionados de modo que las alteraciones o disfunciones de uno de ellos puede afectar o tener su origen en otro. Por eso resulta confuso para la medicina occidental que se diga que un ejercicio que trata problemas digestivos sea también beneficioso para la artritis y la presión arterial alta. La medicina alopática, en cambio, tiene tendencia a diagnosticar y tratar el cuerpo aislando unos sistemas de otros, como demuestra el hecho de que los profesionales de la medicina estén separados por especialidades.
En resumen, el qigong se enfoca más en restaurar la salud que en combatir la patología. Se mira a la persona como un ser en la que todas las partes de cuerpo y mente están interrelacionadas en lugar de poner el foco en los síntomas o en la parte concreta del cuerpo que, según las pruebas de diagnóstico occidentales, presenta enfermedad.
La enfermedad es equivalente a un dique en la corriente vital del cuerpo que acumula mucha agua en un lado y demasiado poca en otro. A través de la práctica qi gong el dique se disuelve y el agua fluye libre de nuevo. El maestro Hong Liu dice que si te presentas ante un doctor occidental con una cuerda anudada, este médico cortará la cuerda y volverá a unir los extremos cortados pero si la llevas ante un maestro qigong, intentará deshacer el nudo. Esto no significa que la cirugía sea innecesaria sino que debemos intentar la curación de la manera menos invasiva posible.
En la medicina occidental, el término curación implica la producción de cambios fisiológicos medibles: el tumor es reducido, la bacteria es destruida, la rodilla artrítica es quitada y sustituida. El Qi Gong también cura, sin embargo su objetivo principal es la sanación lo cual significa “curación completa y armoniosa”. Los efectos del Qi Gong no se ven inmediatamente sino que la sanación es un proceso suave, gradual y acumulativo en el que el practicante de Qi Gong, se siente un poco mejor cada día.
Nada más lejos de mi ánimo que proponer la sustitución del método occidental de la curación por el método oriental de la sanación. Son métodos complementarios, no excluyentes, y necesitamos las dos formas de enfrentarnos a la enfermedad: la curación y la sanación. Tampoco quiero transmitir la idea de que un tratamiento Qi Gong pueda sustituir de manera radical a una inyección de insulina, una colonoscopia o una quimioterapia pero lo cierto es que resulta mucho más placentero; y estoy seguro que combinando ambas formas de tratamiento se podrían obtener mejoras evidentes en la restauración de la salud.